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Cada año, las tormentas tropicales y huracanes representan una amenaza considerable para el Caribe y Puerto Rico. Más allá de los daños físicos, estos eventos pueden paralizar operaciones, interrumpir cadenas de suministro y poner en riesgo al personal.

Aunque los tornados se asocian comúnmente con el centro de Estados Unidos, su presencia en el Caribe y Puerto Rico ha aumentado en los últimos años. Estos fenómenos, aunque menos frecuentes que los huracanes, pueden ser igual de destructivos.

La temporada de huracanes en Puerto Rico, que se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, representa un riesgo significativo para las operaciones empresariales. Contar con las medidas de prevención contra huracanes adecuadas y realizar los preparativos necesarios no solo protege activos físicos, sino también garantiza la continuidad del negocio.

Puerto Rico enfrenta una intensificación de los efectos del cambio climático, con temperaturas en aumento tanto en el mar como en la tierra.